Por Expediente Abierto
La presencia de China en Ecuador se expandió a partir del 2009, cuando el país quedó aislado del sistema financiero internacional y empezó a recibir abundantes préstamos de bancos estatales y comerciales chinos. Este favor financiero estuvo atado a condicionadas compras y otorgamiento de servicios chinos en al menos tres áreas estratégicas: recursos naturales (en los que destaca el petróleo y la minería), seguridad e infraestructura pública. Muchos de estos préstamos estuvieron atados a compras de crudo ecuatoriano a largo plazo y, todos, a la contratación de empresas y servicios chinos para realizar obras públicas en Ecuador
Tales negocios en las tres áreas estratégicas mencionadas se acordaron con las más importantes autoridades del poder ejecutivo ecuatoriano. Sin embargo, se aplicaron bajos estándares de transparencia que impidieron un control social efectivo y ponderación de sus implicaciones. Como consecuencia, se dio lugar a actos de corrupción que, hasta la fecha, están siendo ventilados dentro del sistema judicial. Por ejemplo, escándalos relacionados a funcionarios del gobierno de Rafael Correa involucran a grandes empresas chinas y sus representantes legales.
A partir del anterior diagnóstico, el informe aquí presentado plantea algunas estrategias para transparentar las relaciones económicas con China desde la sociedad civil.