Por Expediente Público
Estados Unidos ve como amenaza para su seguridad nacional y la seguridad de la región los avances de la República Popular China y Rusia, según advirtió el jueves 24 de marzo la jefa del Comando Sur, general Laura J. Richardson, en una audiencia ante el Comité de Servicios Armados del Senado norteamericano.
“Hoy, más que nunca, el destino de Estados Unidos está indisolublemente ligado a eventos más allá de nuestras costas. En ninguna parte es esto más evidente que aquí mismo en el hemisferio occidental. Esta región, nuestro vecindario compartido, está bajo el asalto de una serie de desafíos transversales y transfronterizos que amenazan directamente a nuestra propia patria”, dijo Ricardson una general de cuatro estrellas que dirige el Comando Sur desde octubre pasado.
Richardson advirtió que los países de América Latina y el Caribe vive una situación de inseguridad e inestabilidad que se ha exacerbado en gran medida por el COVID-19 y la crisis climática, y además señaló directamente a la influencia de China y Rusia como factores de inestabilidad y depredación económica en la región.
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“La República Popular China (RPC), nuestro competidor estratégico desde hace mucho tiempo, continúa su marcha implacable para expandir su influencia económica, diplomática, tecnológica, informativa y militar en América Latina y el Caribe y desafía la influencia de Estados Unidos en todos estos dominios”, señaló Richardson.
La jefa del Comando Sur señaló que “la influencia negativa de la República Popular China en esta región pronto podría parecerse a la influencia depredadora y mezquina que ahora tiene en África”, donde ha hecho grandes inversiones en infraestructuras generando enormes deudas para esos países.
“Seamos claros, la República Popular China no invierte, extrae”, subrayó Richardson.
El Comando Sur es uno de los diez comandos de combate unificado del Departamento de Defensa de los Estados Unidos y su juridiscción incluye a América Latina, con excepción de México, que forma parte del Comando Norte.
“He estado dirigiendo (el Comando Sur) durante casi cinco meses y lo que me impresionó es lo lejos que he llegado. China y Rusia están expandiendo agresivamente su influencia en nuestro vecindario”, subrayó la general.
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Corrupción y depredación china
Richardson explicó que, durante el año pasado, la República Popular China y sus empresas estatales “continuaron apuntando, reclutando y sobornando a funcionarios de todos los niveles para expandir su influencia económica, política y militar en toda la región”.
“Las actividades de la República Popular China incluyen inversiones en infraestructura estratégica, tecnología sistemática y robo de propiedad intelectual, campañas de desinformación y propaganda, y actividad cibernética maliciosa, todo con el objetivo de expandir el acceso y la influencia a largo plazo en este hemisferio”, sentenció Richardson.
“Al igual que en otras regiones del mundo, la República Popular China utiliza su poder económico para cooptar y obligar a los países a cumplir sus objetivos estratégicos”, agregó.
Richardson señaló que varios de los proyectos de infraestructura financiados por la República Popular China carecen de la debida diligencia, involucran corrupción, ignoran los derechos indígenas e ignoran por completo las protecciones ambientales.
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“Más importante aún, estos proyectos le dan a la República Popular China acceso a sectores sensibles e infraestructura crítica de manera que exponen a estos países a amenazas a la seguridad nacional y la privacidad de los datos”, dijo la jefa del Comando Sur.
Richardson acusó a la República Popular China de involucrarse “en una agresiva campaña de operaciones de información que intenta representar a la República Popular China como un socio más confiable que los Estados Unidos”.
Richardson le dijo al panel de congresistas que las inversiones de Beijing en infraestructura de América Central y del Sur, en particular los puertos, siguen el patrón que desarrolló en África. En este momento, los “chinos tienen 29 proyectos portuarios” en todo el comando, incluido uno importante en El Salvador que tiene implicaciones económicas para otras naciones centroamericanas. Los puertos tienen valor civil y militar.
“Definitivamente son competidores y nuestros adversarios”, dijo Richardson sobre Rusia y China.
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La influencia rusa
Richardson también mencionó a Rusia como una amenaza creciente en la región y señaló al gobernante ruso, Vladimir Putin, de “buscar mantener abiertas sus opciones en nuestro exterior cercano”.
Richardson recordó que en enero pasado, el vicecanciller ruso dijo que no podía afirmar ni excluir el envío de tropas militares a Cuba o Venezuela.
“Justo días antes de la invasión no provocada de Rusia a Ucrania, el viceprimer ministro ruso viajó a Nicaragua, Cuba y Venezuela, para mantener estrechos lazos y se ofreció a mantener su presencia en nuestro hemisferio”, acotó la funcionaria estadounidense.
Richardson señala a Rusia de “intensificar la inestabilidad a través de sus vínculos con Venezuela, el atrincheramiento en Cuba y Nicaragua, y extensas operaciones de desinformación”.
La jefa del Comando Sur también señaló su preocupación por las organizaciones criminales transnacionales que “operan casi sin oposición y abren un camino de corrupción y violencia que crean condiciones que permiten que la República Popular China y Rusia explote, amenace la seguridad ciudadana y socave la confianza pública en las instituciones gubernamentales y conducen la migración irregular a nuestro país”.
Los nexos de Nicaragua con Rusia y China
En la comparecencia escrita de Richardson ante el Comité de Servicios Armados del Senado, hay comentarios sobre Nicaragua y los nexos del regimen de Daniel Ortega con Rusia y China.
“Nicaragua también mantiene estrechos vínculos con Rusia, cuya asistencia de seguridad a Nicaragua se centra en la educación militar profesional, las donaciones y la prestación de apoyo humanitario en una estrategia para aumentar su influencia sobre el gobierno de Nicaragua y contrarrestar los objetivos regionales de Estados Unidos”, afirmó la jefa militar estadounidense en la región.
Richardson también recordó que durante la última década, “Nicaragua ha sido sede de un centro de capacitación antinarcóticos conjunto construido en Rusia, donde más de 500 oficiales de América Latina y el Caribe han sido capacitados y han recibido múltiples despliegues marítimos y aéreos rusos”.
En un informe por publicar del centro de investigación y pensamiento centroamericano Expediente Abierto, se enumeran detalles de la cooperación militar y de seguridad rusa a Nicaragua y cómo se ha visto acrecentada con las diversas visitas oficiales de altos cargos del Ejército ruso y nicaragüense, así como por los Convenios de cooperación firmados con el Ejército de Nicaragua y la Policía Nacional, con las donaciones millonarias rusas, la capacitación a militares, policías, y con las operaciones conjuntas en las aguas territoriales nicaragüenses.
El informe de Expediente Abierto también menciona la estrecha relación de la familia Ortega Murillo y en particular de Laureano Ortega Murillo en negocios privados con inversionistas rusos. Últimamente, Daniel Ortega y Rosario Murillo también se han visto en reuniones con delegaciones de China Popular.
Richardson mencionó como motivo de preocupación que en diciembre de 2021, Nicaragua cambió el reconocimiento diplomático de Taiwán a la República Popular China y lo señaló como “otra señal clara de la creciente influencia de la República Popular China en la región”.
La jefa del Comando Sur también mencionó el ejemplo de la compra de una pequeña isla en el Golfo de Fonseca, en el lado salvadoreño.
“En El Salvador, un inversionista chino con vínculos con el Partido Comunista Chino está usando sobornos y corrupción para expandir y operar el puerto de La Unión, un proyecto de $3 mil millones que abarca 1,700 millas cuadradas, estratégicamente ubicado en la intersección de los territorios salvadoreño, hondureño y nicaragüense”, señaló Richardson.
¿Qué busca Rusia en la región?
En un intercambio con investigadores de Expediente Abierto, Andrew Lohsen, miembro del Programa de Europa, Rusia y Eurasia del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales, con sede en Washington (CSIS por sus siglas en inglés), mencionó que Rusia busca en América Latina una coalición de estados que apoyen la interpretación de Rusia de los asuntos mundiales y puedan respaldarlos en los foros internacionales.
“Después de que Rusia reconociera el lunes a los dos estados autoproclamados en el este de Ucrania, los únicos estados que hicieron lo mismo fueron Siria, Cuba, Nicaragua y Venezuela. Creo que Rusia encuentra el apoyo de los estados del Hemisferio Occidental especialmente convincente porque permiten que Moscú se involucre en el «qué pasa» con los Estados Unidos, señalando nuestra historia del imperialismo estadounidense y argumentando que Washington no tiene motivos para objetar”, dijo Lohsen durante el intercambio con Expediente Abierto.
Según Lohsen, Rusia busca una forma de presionar a Estados Unidos en su propio hemisferio.
“Los líderes rusos toman la presencia de la OTAN en Europa del Este como una amenaza para su seguridad, a pesar de los ruegos de Bruselas de que es una alianza defensiva. Rusia quiere equilibrar la balanza estableciendo bastiones en las Américas”, señaló el analista del CSIS.
Para Lohsen, Rusia no está interesada en proyectos económicos como lo está China, sino que Rusia se involucra en el uso de corporaciones militares privadas para participar en contratos de seguridad con líderes autoritarios a cambio de derechos sobre minerales o recursos naturales preciosos.
“Eso parece hacerse sobre una base ad hoc, y canaliza el dinero hacia las manos de élites rusas seleccionadas, en lugar de contribuir al balance nacional. Incluso en Asia Central, básicamente el territorio de Rusia, ha perdido terreno frente a China con respecto a las inversiones y el comercio, y actúa más como un garante de seguridad que como un socio comercial”, señala Lohsen.
Para Lohsen, “una mayor presencia rusa en cualquier lugar fuera de sus fronteras es algo que el Pentágono está, y debería estar, observando muy cercanamente”.
”Si Rusia se siente lo suficientemente debilitada por las sanciones y otras medidas en respuesta a su invasión de Ucrania, entonces sería lógico que los planificadores militares en Moscú consideraran el despliegue de armas como una respuesta asimétrica para asustar a Washington. También podría prever que Rusia aumentaría las ventas de armas y concluiría acuerdos de base como una forma de proyectar poder en el hemisferio occidental y socavar el dominio de EE. UU. en la región sin comprometer sus fuerzas directamente”, señaló Lohsen.