La oposición nicaragüense ante el reto de la reorganización, articulación y creación de estrategias políticas contra la dictadura Ortega-Murillo
Por equipo de investigación de Expediente Abierto.
La diáspora y exilio nicaragüense en Costa Rica es resultado primario del continuado deterioro sociopolítico en Nicaragua a partir de 2018. En ese año, la represión gubernamental generó un primer flujo de nicaragüenses, que empezaron a crear o replicar diversas asolaciones políticas.
El segundo flujo, más significativo, se observó en 2021, con el aumento y sofisticación de la represión gubernamental, en el marco de las elecciones generales, en las que el régimen de Ortega proscribió a diversas estructuras opositoras y apreso a sus principales representantes. Además de los perseguidos políticos, muchos nicaragüenses también huyen a Costa Rica debido a las difíciles condiciones económicas en Nicaragua y la pandemia del COVID-19.
En un primer momento, los recién llegados quisieron replicar en ese país las estructuras de oposición a las que pertenecían en Nicaragua, pero se toparon con profundos problemas de organización, falta de recursos humanos y financieros y, sobre todo, el agotamiento y dispersión que generó el traslado de los miembros a un nuevo país. Esta última situación implica aún retos legales, económicos, emocionales y migratorios que afectan la vida de la diáspora en Costa Rica.
A pesar de las dificultades, y con el apoyo de algunos esfuerzos organizacionales, distintos grupos han consolidado su quehacer en estos últimos cinco años. Mientras lo hacen, superan constantemente retos, los cuales este trabajo ha identificado gracias a la revisión de literatura y reportes sobre diásporas y migraciones, y entrevistas a diversos líderes opositores, académicos y expertos. A continuación, se destacan algunos retos diagnosticados:
- La concepción de la unidad. Los integrantes de la diáspora suponían que esta unidad implicaba necesariamente la homogeneidad entre los grupos de toda la palestra política. Con el tiempo, según indican, los actores han superado ideas de unidad monolítica y armonías imposibles, considerando el disenso como parte de los procesos políticos y la democracia.
- Replicas de algunos vicios de la tradicional cultura política tales como la imposición de agendas o puntos de vistas por algunos integrantes, adultocentrismo, caudillismo, entre otros.
- Retos comunicacionales. Los integrantes de organizaciones en el exilio han señalado las dificultades que tienen para transmitir y compartir sus propuestas con otras organizaciones y a la población que permanece dentro de Nicaragua.
- Los liderazgos de las organizaciones en el exilio no gozan de suficiente confianza para crear consenso, ni el liderazgo para cautivar a los grupos dispersos en Costa Rica. Esto se ve reforzado por los vicios de cultura política ya mencionados.
- La sofisticación de la represión en Nicaragua ha alcanzado la diáspora en Costa Rica. Los activistas indican que es verificable el espionaje en sus acciones, lo que ha generado temor entre los miembros y ha desalentado la participación en algunas acciones organizativas.
A pesar de estos retos, los nicaragüenses en Costa Rica continúan apoyando la recuperación de la democracia en Nicaragua. La existencia de grupos en el exilio ofrece una alternativa clara, y se han identificado plataformas que podrían articularse de manera más efectiva. Por su cercanía y tamaño, Costa Rica ofrece espacios más confortables para las negociaciones y diálogo de las diásporas y los exiliados. Aunque deben superarse retos, la existencia de grupos en el exilio ofrece una alternativa clara. Estos mantienen sus redes relativamente estructuradas y, sobre todo, no han desaparecido, lo cual ante la magnitud de la represión y la persecución de la disidencia es un logro importante. Este trabajo ha identificado al menos cinco plataformas que podrían articularse con mayor sofisticación, como son el Grupo Monteverde, el Mecanismo de Coordinación entre el Exilio y la Diáspora Nicaragüense en Costa Rica, Espacio de Diálogo y Confluencia de Actores Nicaragüenses, Plataforma de Unidad por la Democracia (PUDE) y Juntos por Nicaragua.
El rol de la diáspora nicaragüense basada en Costa Rica en la eventual transición democrática en Nicaragua es clave. Sea cual sea el escenario de cambio en los próximos años, algunos de los cuales se discuten al finalizar este documento, los exiliados en este país están desde este momento jugando tareas importantes. Entre estas destacan la formulación alternativas políticas, reformas y programas para una Nicaragua post-Ortega; la creación de nuevas culturas políticas entre los nicaragüenses, y el sostenimiento en el debate internacional de la urgencia del retorno de la democracia en Nicaragua.
Este trabajo busca ofrecer un análisis a profundidad de la diáspora y exilio nicaragüense en Costa Rica, una caracterización de ellas y ellos, de la forma en cómo se han venido organizando y los retos a los que han hecho y están haciendo frente, así como sobre las acciones que están promoviendo de cara a lograr la democratización de Nicaragua.