La investigación El Capitalismo de Amiguetes, de Óscar René Vargas, fue realizada en el marco del Programa de Becas para la Democracia en Nicaragua, de Expediente Abierto. El autor examina cómo el régimen Ortega-Murillo en Nicaragua ha instaurado un modelo de desarrollo económico caracterizado por la corrupción, favoreciendo a un pequeño grupo de élites vinculadas al poder político, denominado como la “Chayoburguesía”. Este “capitalismo de amiguetes” se basa en la consolidación de alianzas entre las clases dominantes tradicionales y las nuevas oligarquías surgidas bajo la dictadura, a través de prácticas como el lavado de dinero, la apropiación de recursos públicos, concesiones mineras, prebendas económicas y una política fiscal que favorece la concentración de la riqueza.

Los pilares que sostienen al régimen Ortega-Murillo

Vargas identifica cuatro pilares que sostienen el régimen:

• La base social.
• Los funcionarios estatales.
• Las fuerzas represivas (policía, ejército y paramilitares).
• La alianza entre la burguesía tradicional y la “Chayoburguesía”.

El modelo económico del régimen, según el autor, está diseñado para enriquecer a un grupo selecto en detrimento del interés nacional. Mientras tanto, la población general enfrenta precarización laboral, salarios por debajo del costo de la canasta básica y una economía reprimarizada centrada en el subconsumo.

El trabajo de Vargas subraya que el sistema no fomenta la competencia empresarial, sino que favorece el monopolio de las élites aliadas al régimen, permitiendo que estas fortunas crezcan desmesuradamente mientras el resto de la población sufre las consecuencias de políticas económicas excluyentes. Este sistema, argumenta Vargas, ha causado un deterioro en la calidad de vida de la mayoría de los nicaragüenses, con una creciente desigualdad, el debilitamiento del poder adquisitivo y un aumento de la pobreza laboral.

Grandes capitales son beneficiarios del capitalismo de amiguetes

El análisis también destaca el papel del capital financiero, particularmente los bancos, como uno de los principales beneficiarios del “capitalismo de amiguetes”. En poco años, este grupo ha logrado ganancias extraordinarias mientras el resto de la economía permanece estancada. A pesar de las tensiones internas entre las fracciones del capital, el modelo ha logrado mantenerse gracias al control represivo del régimen y el acomodo de los grandes capitales a esta política.

Finalmente, Vargas señala que las contradicciones y tensiones dentro del sistema podrían llevar a su eventual colapso. Sin embargo, advierte que la caída del régimen no será fácil, ya que requiere estrategias efectivas para debilitar sus principales apoyos estructurales.