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    El guion de China en el mundo: corrupción, influencia económica y política

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    Por Expediente Público

    La República Popular China tiene un guion bien establecido para ampliar su dominio en todo el mundo: la influencia económica y política a través de métodos corruptos de compra de voluntades a funcionarios, políticos, empresarios, periodistas y personajes claves en los países donde operan.  

    Así lo describió el 23 de marzo Caitlin Dearing Scott, Directora Adjunto de Estrategia, Desarrollo y Operaciones – del Centro para el Impacto Global del Instituto Republicano Internacional (IRI) en una audiencia ante la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad entre Estados Unidos y China del Congreso de los Estados Unidos. 

    “La República Popular China ha ampliado su influencia en países vulnerables, debilitando las instituciones democráticas mientras apoya a actores e ideales antiliberales. De hecho, las acciones de China en los últimos años demuestran que Beijing considera que su creciente influencia en los países en desarrollo es fundamental para su competencia con Estados Unidos y sus aliados democráticos”, dijo Scott.

    Según la académica, esta competencia es vista nada menos que como una batalla por el futuro para apoderarse del discurso global, por ejemplo, a través de votos en la Asamblea General de la ONU, las esferas de influencia y las normas y estándares tecnológicos que determinarán el curso del próximo siglo.

    Visión del Partido Comunista Chino

    “La popularización del autoritarismo en los países en desarrollo ayuda al Partido Comunista Chino (PCCh) a hacer realidad su visión de un orden global revisionista en el que existe una pluralidad de modelos de gobierno, democráticos y autoritarios”, explicó Scott. 

    La exposición de Scott, titulada “Coacción, captura y censura: la influencia de la República Popular China en el mundo en desarrollo y la respuesta democrática”, sostiene que en la última década, el partido estado, Partido Comunista Chino (PCCh), ha adoptado un enfoque más agresivo para usar sus herramientas de influencia para proteger sus intereses globales en expansión y promover un modelo autoritario de gobierno que es más dócil a sus intereses geopolíticos.  

    Así, sobre la base de lazos económicos más profundos, a través de la Iniciativa de la Franja y la Ruta y más allá, China ha ampliado su influencia en países de todo el mundo, tanto en el dominio político como en el espacio de la información. 

    La influencia china en el mundo en desarrollo 

    Scott sostiene que China a menudo alinea sus intereses económicos con sus intereses políticos en áreas donde busca aumentar su influencia como parte de su contienda geopolítica contra el orden liberal imperante. Ejemplo de ello es África, las Islas del Pacífico, América Latina y el Caribe (ALC) y los países asiáticos cercano a China.

    “Los países, gobiernos o individuos que se niegan a doblegarse a los dictados de Beijing ahora enfrentan un mayor riesgo de ser atacados por el PCCh y sus representantes; esto incluye esfuerzos para aislarlos o desacreditarlos, intimidación y usos potenciales de acciones legales para silenciarlos. En conjunto, estos esfuerzos socavan los principios de la democracia liberal que sustentan el orden mundial liberal”, advirtió Scott. 

    Uno de los métodos para conseguir sus fines es “a través de la captura paciente de individuos y grupos influyentes en todo el mundo en los dominios económico, político e informativo”. 

    Así, la República Popular China “espera influenciar   jefes de estado, partidos gobernantes, políticos locales y figuras influyentes en el sector público y privado para apoyar proyectos como la Iniciativa de la Franja y la Ruta de China (BRI) y que sigan el liderazgo de Beijing en instituciones multilaterales como la Asamblea General de la ONU”, señala Scott. 

    Contra Taiwán

    Uno de los objetivos de Beijing a menudo apunta hacia los gobiernos en países que reconocen a Taiwán, entonces la RPCh se enfoca en  los partidos de oposición antes de las elecciones y el sector empresarial para aumentar su influencia, utilizando incentivos económicos, para eventualmente obligarlos a cambiar el reconocimiento diplomático de Taipei a Beijing. 

    Varios países de las Islas del Pacífico y del Pacífico, además, tienen relaciones diplomáticas oficiales con la República de China (Taiwán), que la República Popular China considera una provincia separatista que necesita ser «reunificada» con la «tierra madre». 

    Beijing a menudo se dirige a los gobiernos de esos países, a los partidos de la oposición antes de las elecciones y al sector empresarial con el fin de aumentar su influencia con ellos y, utilizando incentivos económicos, obligarlos a cambiar el reconocimiento diplomático de Taipei a Beijing.

    En las islas del Pacífico en particular, la República Popular China ha utilizado incentivos financieros, así como represalias para obligar al desreconocimiento de Taipei con la esperanza de influir plenamente en esta parte extremadamente importante del Pacífico, donde las disputas entre los Estados Unidos, Australia, Francia y Japón, por un lado, y la República Popular China, por el otro, continúan aumentando. 

    El PCCh considera que esta área es clave para su esfuerzo por expulsar a los Estados Unidos de lo que considera su patio trasero. 

    La relación de la República Popular China con las Islas Salomón en los últimos cinco años, por ejemplo, es emblemática de un creciente cambio hacia la República Popular China y lejos de los socios democráticos, incluso cuando se trata de controvertidas decisiones de seguridad o acuerdos económicos que no benefician directamente a las comunidades locales.6 El pacto de seguridad de 2022 entre la República Popular China y las Islas Salomón demuestra como.

    El cambio de narrativa, un nuevo cuento chino 

    Otra de las formas que China intensifica su dominio, según Scott, es haciendo alarde de su extraordinario ascenso y poder económico. El PCCh busca convencer a otros países del mundo en desarrollo de que su modelo, antidemocrático, mercantilista y menos obstaculizado por los ideales «occidentales» de transparencia y responsabilidad, puede lograr un rápido crecimiento económico imitando el modelo de la República Popular China.  

    “Esto a menudo se ve reforzado por una narrativa que argumenta que el énfasis excesivo en los derechos humanos y la democracia son impedimentos para los derechos del desarrollo; en otras palabras, la República Popular China ha buscado reescribir o reinterpretar lo que significan los derechos humanos y ha tenido mucho éxito en el Sur Global”, expone Scott.

    Así, el PCCh ha ampliado su impulso para dar forma a la narrativa sobre temas delicados para China, utilizando propaganda y desinformación para manipular la información sobre su manejo del COVID-19, la represión en Hong Kong, los reclamos sobre Taiwán y el Mar de China Meridional y la detención de más de un millón de Uigures y otros musulmanes en Xinjiang.  

    “En plataformas como Facebook y Twitter, la República Popular China ha utilizado bots, cuentas de zombis y cuentas humanas para amplificar la retórica a favor del PCCh, atacar a políticos y partidos supuestamente “anti-China” y distorsionar el entorno de información en línea”. 

    “Colectivamente, estos esfuerzos han servido para facilitar la difusión de narrativas y políticas a favor de China en una escala global”, subrayó. 

    La corrupción, otra pieza del rompecabezas 

    Otra área clave del compromiso económico de la República Popular China que difiere entre las economías en desarrollo y las avanzadas es el despliegue o la explotación de la corrupción y la captura de las élites.  

    Scott explicó que el PCCh también explota la corrupción interna existente en los países donde se están considerando grandes proyectos de infraestructura, lo que puede resultar en el enriquecimiento ilícito de los políticos y empresarios involucrados y así crear influencia sobre ellos.

    Scott explica que “los países con niveles de corrupción medios a altos son más susceptibles a la influencia de la República Popular China utilizando diversas formas de incentivos económicos.   

    “Cuando esto se correlaciona con una mala gobernanza, la República Popular China ha aumentado con éxito su influencia y, con eso, los efectos malignos asociados han socavado las prácticas democráticas del estado objetivo”.

    Modelo económico, el anzuelo de China

    Evidentemente, los lazos económicos son el punto de entrada para una mayor influencia e interferencia política de la República Popular China.  

    Según Scott, altos funcionarios en Beijing reconocen que la influencia económica, a través del comercio, la inversión en infraestructura, los préstamos y la captura de élites, subyace y se traduce en influencia en muchas otras esferas.  

    Además, China “también explota la dependencia económica creada a través del comercio con fines políticos, a menudo utilizando una combinación de incentivos («zanahorias») y represalias («palos») para condicionar a los gobiernos extranjeros”, sostuvo Scott ante la Comisión de Revisión Económica y de Seguridad de Estados Unidos y China del Congreso de Estados Unidos.  

    Así, han utilizado tales medidas para castigar a los gobiernos que la desafían en disputas territoriales (Filipinas), que ignoran las amenazas de la RPC y eligen comprometerse con Taiwán (Lituania, República Checa), que adoptan medidas para contrarrestar la influencia extranjera (Australia) o están involucradas en disputas con la RPC (Canadá, Taiwán). 

    Según Scott, el comercio de bienes y servicios sigue siendo el conducto más importante y duradero para la influencia de la República Popular China sobre la política de otros países.

    “Este modo de influencia no surgió por accidente; más bien, es el resultado de una decisión de las élites del PCCh de integrar firmemente a la República Popular China en la globalización económica, sacando fuerza de la misma fuente que ha servido tan bien a Estados Unidos y otras democracias”, explica.  

    La carga de la deuda 

    Scott señaló en su exposición que “China también está instrumentalizando la opacidad y la corrupción que definen muchos acuerdos asimétricos entre gobiernos con estándares de transparencia laxos y bancos chinos y empresas estatales, lo que exacerba la carga de la deuda y crea dependencias.  

    El Centro de Desarrollo y Finanzas Verdes de la Universidad de Fudan ha señalado que desde 2013, la República Popular China ha prestado o financiado un estimado de $962 mil millones en proyectos en todo el mundo. 

    Caitlin Scott citó una investigación del Instituto Republicano Internacional donde se señala que los préstamos chinos, debido a la percepción de que se ofrecen, al menos a primera vista, sin condiciones, a menudo es aprovechado por las élites políticas de otros países para recompensar a importantes electorados políticos.

    “La corrupción y el amiguismo político asociados con estos proyectos pueden servir como un medio importante para vincular más estrechamente a esas élites con la República Popular China”. 

    El resultado es que los países en desarrollo continúan sufriendo los efectos de firmar acuerdos de infraestructura con China en malas condiciones. 

    Según Scott, China ofrece condiciones con menos requisitos en términos de transparencia, rendición de cuentas, respeto por los derechos humanos y protección del medio ambiente que organismos similares como el Fondo Monetario Internacional o el Banco Mundial.  

    “Esto ha demostrado ser atractivo para varios países del mundo en desarrollo”, señaló.  

    El guion de China e influencia política 

    El otro componente del guion chino es utilizar la influencia económica para lograr fines políticos, así, según Scott, China también cultiva lazos con partidos políticos y legisladores a nivel nacional y subnacional en todo el espectro político de los diversos países para influir en los resultados políticos y económicos favorables a China.  

    “La República Popular China quiere que los políticos tengan incentivos significativos para estar de acuerdo con Beijing, independientemente de quién gane cada elección”, explica Scott y para ello despliega influencia política principalmente a través de lazos de partido a partido y del Departamento de Trabajo del Frente Unido del Comité Central del Partido Comunista de China, una agencia del Partido Comunista de China que maneja las relaciones con varios individuos y organizaciones importantes e influyentes dentro y fuera de China.

    Así, en los últimos años, según Scott, “China ha dedicado más energía a promover soluciones autoritarias a los crecientes desafíos que enfrentan las democracias en desarrollo, basándose en décadas de apoyo a los partidos políticos de todo el mundo”.  

    La académica advirtió en su presentación que China trata de empoderar y ocasionalmente financiar a través de representantes, candidatos y partidos que favorecen la «cooperación» y el comercio con la República Popular China, y que no intentarán forzar los límites de los temas «centrales» de Beijing como los derechos humanos, Taiwán, el Tíbet, o Sinkiang.  

    “La interferencia de la República Popular China en la política de otros países tiende a ocurrir detrás de escena y, a menudo, está envuelta en ambigüedad y negación plausible”, señaló Scott.

    Rol de Brasil

    La estrategia de la República Popular China se basa en el cultivo a largo plazo, y a veces en la cooptación y captura de funcionarios (por ejemplo, a través de la promesa de puestos lucrativos en el directorio de empresas chinas).  

    En su exposición, la representante del IRI señala que, en el caso de América Latina, los altos niveles de influencia sobre países como Panamá tienen un impacto directo en la seguridad de los Estados Unidos y, con el tiempo, podrían obligarlo a centrarse más en su entorno de seguridad inmediato que en otras partes del mundo, como el Indo-Pacífico.  

    Scott también señala el caso de Brasil, uno de los aliados económicos más importantes de la República Popular China.  Acá los dos países han creado una relación de interdependencia única que parece destinada a perdurar independientemente de quién esté en el poder.  

    La influencia en el espacio de la información 

    Además, China está complementando cada vez más su influencia económica con esfuerzos orientados a dar forma al espacio de información para proteger sus intereses estratégicos en países individuales y promover sus narrativas preferidas a nivel mundial.  

    Para ello, según explicó Dearing Scott, el PCCh ha ampliado sus tácticas para dar forma al entorno de los medios. Se basa en acuerdos de intercambio de contenido que permiten propaganda oficial que se imprime en los medios locales como noticias autorizadas sobre China.

    Además, financia viajes de capacitación con todos los gastos pagados para periodistas, inversión en estaciones de radio y televisión locales para cultivar una red global de medios de voces pro-China. También usan  representantes políticos y económicos para difundir las narrativas de la República Popular China en los medios de comunicación locales.  

    “Estas tácticas son más pronunciadas en las democracias y economías en desarrollo, donde la República Popular China se aprovecha de las organizaciones de medios que están muy dispuestas a aceptar inversiones de la República Popular China o para garantizar el acceso continuo a los ingresos publicitarios”. 

    Recomendaciones 

    En el testimonio de Caitlin Deairing Scott, también hizo una serie de recomendaciones ante el desafío que representa China para el mundo en desarrollo. Sugirió inversión continua en programas de democracia, derechos y gobernabilidad para fortalecer las instituciones democráticas, incluidas las legislaturas y los partidos políticos. 

    También remarcó la importancia de apoyar medios y periodistas. 

    “El buen periodismo es uno de los profilácticos más efectivos contra la influencia de la República Popular China en los países del Sur Global, y cada dólar que se gasta para posibilitar la libertad, la independencia de medios en y periodistas bien capacitados en países vulnerables a la influencia de la República Popular China es una inversión valiosa.  

    La especialista también dijo a la comisión legislativa estadounidense para los asuntos de China, que debe trabajarse en reducir la concentración del comercio con China en sectores económicamente importantes. 

    Esto, como un paso crucial para evitar la aparición de grupos de presión a favor de la República Popular China, como se ve en Brasil. “Estos grupos pueden obstaculizar la acción efectiva relacionada con China por parte de los países en áreas que van mucho más allá del comercio, incluidos los derechos humanos, la seguridad y los asuntos militares”.

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