La Unión Nacional Opositora (UNO) de Nicaragua, que logró derrocar al Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) en 1990, ofrece enseñanzas clave para la oposición actual frente al régimen de Ortega. Este ensayo, escrito por el becario del Programa de becas para la democracia en Nicaragua, Alex Hernández, explora cómo las estrategias de la UNO pueden guiar los esfuerzos contemporáneos de unidad, destacando la necesidad de superar divisiones ideológicas, construir liderazgos confiables y aprovechar el apoyo internacional.
Lecciones de la UNO para la unidad en la diversidad
Uno de los pilares del éxito de la UNO fue su capacidad para aglutinar a 14 partidos de diversas ideologías. La clave: acordar el objetivo común de la democratización. Este enfoque plural permitió superar rivalidades internas y centrar esfuerzos en una meta compartida. En contraste, la oposición actual sigue fragmentada, afectada por desconfianza mutua y agendas particulares que obstaculizan una coalición unificada.
Liderazgo y apoyo internacional: Claves para el cambio político
El liderazgo de figuras como Violeta Barrios de Chamorro y el apoyo diplomático internacional fueron esenciales para el triunfo de la UNO. La oposición actual enfrenta un entorno más adverso, con mayores restricciones políticas y menor presión externa. Sin embargo, debe aprender de esta experiencia para fortalecer alianzas y diseñar estrategias realistas.
Reflexión final: Justicia, perdón y diálogo
La falta de reconciliación y procesos de justicia transicional continúa afectando la cohesión opositora. Inspirándose en la UNO, la oposición necesita fomentar el diálogo, reconocer errores del pasado y priorizar la búsqueda de justicia para consolidar un frente sólido contra el autoritarismo.
La experiencia de la Unión Nacional Opositora demuestra que la unidad política es posible incluso en contextos profundamente polarizados. Esto, siempre que se prioricen los objetivos comunes sobre las diferencias ideológicas y personales. Las lecciones de la UNO resaltan la importancia del liderazgo inclusivo, la estrategia realista y el compromiso con la justicia y el diálogo. Reconocer estos aprendizajes y aplicarlos en el presente puede ser la clave para construir una oposición cohesionada. Solo así se podrá enfrentar con éxito al régimen autoritario y permita avanzar hacia la democratización.